¿Qué pretende este blog?


Mi blog pretende realizar una crítica, lo más completa posible, de los principales hoteles europeos, así como proporcionar instrucciones y usos de protocolo y buenas maneras tanto a los profesionales del sector como a los huéspedes de los establecimientos. Como se observa, todo está basado en la independencia que me caracteriza, no perteneciendo a ninguna empresa relacionada con este mundo. Soy un consultor independiente. Personalmente he visitado cada uno de los locales de los que hablo en este blog.
Es mi capricho, del que llevo disfrutando varios años y quiero poner mis conocimientos y opiniones a disposición de todo aquel que quiera leerlos.
La idea surgió al no encontrar nada en la red - ni siquiera en inglés - sobre auténticas críticas de hoteles, al margen de comentarios de clientes enfadados que "cuelgan" sus quejas en distintas webs como un simple "derecho al pataleo" sin intento alguno de asesorar, construir o mejorar.
Muchas gracias por vuestra atención y colaboración.

miércoles, 10 de abril de 2013

Los niños, los olvidados. La política de niños en los hoteles.



Estoy bastante caliente con este tema al que pocas veces me he enfrentado. Suelo viajar con mi acompañante y sin niños. Pero esta vez, necesito un hotel en Barcelona para una noche con mi mujer y mi hijo de cuatro años. Vamos a una conocida clínica oftalmológica para un problema menor del niño.
Pues me las estoy viendo y deseando para realizar una reserva. Dejo para esta ocasión aparte hoteles como el Mandarin Oriental, Arts, W, Neri y semejantes. Me niego a gastar una millonada para un viaje que no es, por así decirlo, de placer. Voy a relatar las conversaciones telefónicas que he tenido con algunos.

Me da por llamar al Le Meridien ya que está en una zona turística y seguro que al chiquillo le gusta el trasiego. Además, cerca de la Boquería para que su padre se dé algún capricho. Le digo a la amable señorita de reservas que, por favor, me dé precio y disponibilidad para una noche y qué política tenían con los niños. En mi caso particular, no es necesario que tenga cama supletoria; en una cama doble le hacemos un hueco. Bueno, es el mismo niño quien quiere hacerse el hueco. Pues no, tienes que pimplarte 400 euros para una junior suite aunque no le pongas supletoria.

El Bagués ya es rocambolesco. Está al lado del Le Meridien. Estos me dicen que todas las habitaciones son dobles y que, de ir con un niño de cuatro años, lo ponga sólo en otra habitación. O sea que pretenden que un niño de 4 años duerma sólo en un cuarto. Y se quedan más anchos que largos.

Con el Majestic, pues te tienes que ir a la Executive, donde no bajas de los 350 euros, aunque no quieras cama supletoria.

Al final, me parece que me quedaré con el Casa Fuster, un hotel que ya conozco bien a un precio muy recomendable y donde, como creo que debe ser, un niño de cuatro años puede compartir cama con sus padres o usar una cama supletoria. Además, es miembro de The Leading Hotels of the World y, por tanto, desayuno, wifi, upgrade y "late check-out" gratuito por ser miembro de The Leaders Club.

Muchas veces, las páginas web de los hoteles te cuentan hasta el color de calzoncillos del camarero de uno de sus siete restaurantes pero callan como "eso" respecto a la política de niños en el hotel. Unos que te cobran unos eurillos por el "colacado" en el desayuno y los cereales, otros que según les de te los cobran o no; otros que si la supletoria son 100 euros si el niño es gordito, otros que ni te dan posibilidad; otros que si me pica el rabo y así hasta el infinito y más allá. Lo que sea, estará bien hecho siempre y cuando las webs recojan correctamente toda la información. Aunque sean hoteles frikis de esos que hay ahora "free child".

Es altamente recomendable que cada hotel exponga claramente cuál es su política para los niños. Yo comprendo que puede haber familias que al niño de 38 años lo intenten colar sin cama supletoria y que duerma con los padres abrazaditos los tres. O que se lleven al servicio de viaje, padre, madre, dos niños y los quieran meter en una doble sencilla. Todo lo entiendo. Pero un niño de menos de siete u ocho años debería ser tratado de otra manera. Es más, suele estar siempre expuesta la política de mascotas y casi nunca la de niños. El mundo al revés.